Hemos leído miles de veces la actual guerra entre la anquilosada industria discográfica (con sus ejércitos censores a la cabeza y pobres peones que imparten doctrina) y los clientes finales, la gente de a pie, que no se 'jartan' de recordarles lo agotada que está su fórmula de negocio, aconsejándoles la búsqueda de nuevos métodos.
No voy a remover más ese tema (por lo menos hoy, jejje). Miremos al futuro.
No muy lejos geográficamente de donde se edita esta bitácora, y supongo que frente a unas 'servesitas' Alhambra, se ha dado el primer paso, que conozca, de evolución hacia una nueva fórmula: la utilización por parte de los grupos, en favor propio, el río revuelto y la explotación a terceros en el que se ha convertido la venta callejera de música.
Para ello, La Barca de Sua, grupo 'granaíno' con algún que otro premio ya a sus espaldas, ha decidido hacer esa tirada que todo grupo de poca venta e inexistente casa discográfica detrás se puede permitir, y convertirla en 'edición callejera' con la etiqueta impresa de 'autorizada para ser vendida en la calle' de su nuevo trabajo en formato EP: Artilugios para abrir un cuento.
Saltándonos las connotaciones legales que pudiese traer aparejado en cuanto, por ejemplo, los asuntos fiscales (sólo a bote pronto), la idea pretende aprovechar todo un submundo, enraizado y de bases ya consolidadas, como es la tendencia 'esponja' (de absorción obsesiva), a compartir música desde casa, pero sacándole también partido a la promoción alternativa de a pie que supone recibir propuestas de venta musical cada cinco minutos en cualquier bar/terraza en el que estés sentado/a.
Los cimientos sobre los que descansa esta iniciativa , evidentemente no es otra que el no tener que realizar servilismos a los que bajo la excusa de hacer una apuesta por ellos, llámese ínfima inversión y riesgo para el volumen de negocio que mueven, pretenden convertirse en dueños y señores de hasta la respiración del creador (con mayúsculas).
Por supuesto que ésta visión no va a quitar de las calles a los explotados, ni lo pretende, pero pienso que intenta solidarizarse de una forma algo peculiar con ellos. También sé que los mal pensados se apuntarán rápidamente al carro de afirmar que ellos también están explotándolos, no sin parte de razón para ser sinceros, pero por lo menos de esta forma se les autoriza por la parte que les toca, y por tanto legaliza, el trabajo mal remunerado que están realizando. Y es que no nos engañemos, mientras haya quien tenga los pocos escrúpulos de utilizar a los más necesitados para crear imperios, se seguirán utilizando fórmulas para ello, de una u otra forma.
Comentada ya la noticia del hombre que mordió al perro… recordar que también existe la posibilidad de comprarlo al estilo antiguo con carátula y libreto en las tiendas de música (supongo que sólo en su ciudad) o descargarlo completamente gratis de su propia web para los más 'tiradillos de lerus'. Ya puestos, echo a faltar el método para los radicales de la descarga masiva: unos enlaces de torrent y emule, jejjej.
Pero… a todo esto… os preguntaréis: ¿que tal la música? porque mucho chau chau…. Pues bien, muy bien. Reconozco sin esconderme que no es mi palo, pero que hay detrás mucho trabajo y cariño para nada exento de calidad compositiva e interpretativa. Buenos músicos si señor. Como al final, su sistema de supervivencia, mismo caso que el de todos los grupos de igual estatus, es tocar tocar y tocar, pues tengo la sospecha agradable de que van a conseguir muchos incondicionales encima de las tablas.
Notas de despedida, y sobre todo, enlaces para tener en cuenta:
- Ser tan desprendidos a la hora de regalar sus canciones al público es gracias a otro gran invento: Las licencias tipo Creative Commons. A los músicos que retozan en este blog aconsejaría que se empapasen de ellas y que las tuviesen en cuenta porque tienen pinta de tener mucho que decir en el futuro musical.
- Ya puestos, y viendo que no hay mucha entrada de dinero al estilo clásico, toda la grabación se ha realizado con software libre, esto es, sistema operativo linux y el programa Ardour, el cual tiene una pinta exquisita.