Anatomía the Fray

Dicen, yo lo sé por oídas, que amar es compartir (de vez en cuando, eso sí) lo que no te gusta.
Una de esas implícitas situaciones que viene en los papeles del compromiso ante el altísimo (¿Galfonsus?. No ese no. El otro), me tocaba hacer recopilación de capítulos de una serie que particularmente llega a desquiciarme por su argumento: Anatomía de Grey.

Y es que odio como hilo argumental (bueno y en la realidad ya ni te cuento) eso de: te quiero, te quiero, te quiero hasta empalagar pero tú te haces la estrecha terminando por aburrirme y cuando ya me he auto-convencido de que no tengo nada que hacer contigo y dejo de obsesionarme, vienes a tocarme la moral con que ahora me quieres. Pero entonces, y gracias a la imaginación desbordante de los guionistas, ahora soy yo el que me dejo querer en forma de 'loop'.


Realmente me exaspera [RAE: 1. tr. Lastimar, irritar una parte dolorida o delicada (los huevos)], pero tanto ambiente bobalicón suele estar rodeado de una banda sonora bastante decente de grupetes actuales, que al incluir canciones sueltas ,trae consigo un ramillete bastante amplio y decente de buenas canciones (lo de ámplio es para estampar un doble CD y así subirle el precio).

La canción bandera de la serie de la que hablo es 'How to save a life' de The Fray (título muy adecuado para una, otra, serie de médicos). La intercalan cada vez que tienen la más mínima excusa, más que nada por su tristeza melódica intrínseca y la explícita temática en el estribillo en relación a la pérdida de un amigo. Y claro, de tanto escucharla, quieras o no le prestas atención que pretenden, hasta terminar tarareándola día y noche. El mismo caso me ocurrió con Smallville ('Save me' de Remy Zero, o el nunca suficientemente usado por publicistas 'Wherever You Will Go' de The Calling), Six feet Under (el tema central de Thomas Newman, tarareado lógicamente) o Friends ('I'll be the for you' de Rembrandts).

Como es costumbre en mí, hice de investigador privado, realizando las averiguaciones pertinentes hasta llegar al grupo, a la tonadilla y por ende al álbum que la contenía. Una vez conseguida la información, se empiezan a confirmar una tras otra las asociaciones o coincidencias que mentalmente iban saliendo según la escuchaba en la serie:

diferenciascc-fray.jpgLa melancolía/tristeza que desprenden The Fray no es más que un reflejo de las sobras de unos Counting Crows pletóricos, claro que para algunos, esas sobras les pueden suponer el gran éxito asociado de por vida al grupo. No sé si de escuchar tanto sus discos les ha afectado, pero es que hasta a la hora de darle cuerpo a la portada se han dejado inspirar por su estilo. Para muestra un botón (gráfico). Si no fuese por las letras que aparecen en ellos, ¿alguién sabría distinguir cual es la carátula que no corresponde a los Crows?. Como colofón, en caso de coros finales, si se puede, se les mete unos juegos vocales en los que parece escucharse al mismísimo Adam Duritz.

Pero como no todo en la vida son los de San Francisco, es aconsejable rellenar los huecos que quedan con retales del conjunto del momento, Coldplay. No sé si realmente los de Chris Martin han hecho más mal que bien a esto de la música, pero que han influido en muchos, muchos, MUCHOS grupos actuales es indiscutible. Aunque tengan musicalmente poco en común, el tiempo dirá si la banda inglesa está o no a la altura de los épicos U2 de sus inicios (yo creo que no), pero en cierta forma me los evocan cuando en los noventa hasta el tato intentaba con más o menos acierto seguir la estela que creaban Bono y compañía.

Igual parece que estoy criticando a The Fray por influenciarse de esa manera. Nada más lejos de mi intención. Grandes elecciones donde iniciar el reflejo. Como intérpretes se nota que hace tiempo que dieron el estirón, y creativamente hablando, ya aprenderán. Y finalmente, si son realmente buenos, cogerán su propio camino e influirán otros tantos. Como en la serie, la música no es más que un 'loop' de unos alimentándose de la inestabilidad de los otros.
Éste es un disco más, no esperéis aquí un
August and Everything After. Lo de realizar un disco mítico en su primer plástico sólo lo hacen los grandes, pero es un disco de esos para picotear aquí y allá acompañado de una cervecita fresca mientras escribes en el blog (lo que quieran, deseen y puedan).
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escrito con ScribeFire desde Firefox (lo aconsejo).

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