Ultimamente, y más bien por saludable política de convivencia, una de las 'aficiones' que tengo es la de ver a 'dalailamas' de proyectos a artista dando reglas (ellos los llaman recomendaciones) para llegar a ser los mejores en el mundillo del espectáculo.
Una de las que más gracia me ha hecho siempre es esa que dice algo así como: 'un gran artista nunca, repito, nunca, puede hacer 'air-guitar' (imitar que tocas la guitarra durante los segundos de gloria que tiene el guitarrista real).
Creo que todos habremos visto esa actitud en el escenario un millón de veces, pero hasta que no me abrieron los ojos estos profetas, la verdad es que no había caído en la gran importancia que tiene eso para estar en la élite.
Es entonces cuando recordé una actuación que pasó por mis manos hace algún tiempo de un grupo de culto nada sospechoso como R.E.M., en el que el cantante invitado (un tal Ed, la reencarnación de Jesucristo por las imágenes) comete ese error a la más mínima que puede. Supongo que porque no es artista.
Aprovechando que el agua pasa por el Guadalmedina (cuando puede o quiere), también he querido traeroslo porque ambas estrellas siempre me evocan
vivencias pasadas en la capital del reino, de las que no me quisiera desprender nunca. Y es que uno también tiene su corazoncito, leñe.
PD: Reconocedme al lo menos que 'Man on the moon' podría haber sido perfectamente una canción del repertorio de Pearl Jam. ¡Que facilidad tiene este hombre para llevarse las canciones a su terreno!
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