No sé la de miles de veces que habremos dicho unos y otros, aquí publicamente y en privado (con un poquito de menos diplomacia en este último caso). Pero es que uno no deja de sorprenderse de cosas (gracias a Dios).

Lo digo porque hace tiempo, nuestro benjamín del blog, Diouf, (andeandará), me descubrió un grupito que por su apariencia daba toda la talla como ‘banda anglosajona con capullitos graciosetes’, de esas que hay tantas, pasándome el enlace del video del primer single ‘A million ways’ de su último disco ‘Oh no’.

Que por cierto, han creado sus frikis particulares. Uno puede llegar a entender que se tiren horas aprendiéndolo porque es parte de la imagen que se quiere transmitir para llamar la atención, pero… de ahí a perder las mismas o más por el mero placer de hacer el gilipollas mientras medio instituto te graba con sus cámaras último modelo…. no sé, no sé.
Investigando un poco, resulta que los colegas no son ingleses sino yankis de Chicago. La banda en cuestión es ‘Ok Go‘.
El caso es que no le hice mucho caso a ese primer video, más que nada por mi animadversión a esa estética cutre salchichera, aunque he de reconocer que sí me llamó la atención la capacidad de aprendizaje de los componentes de un grupo de rock para con una coreografía, por muy espantosa que sea. Eos siempre que un coreógrafo puede admitirlo como tal entre los cánones preestablecidos de su mundillo.
Eso sí, como me lo puse de fondo, admito que la canción me enganchó. Y reto a cualquiera que lea estas líneas, a que escuche un par de veces esa canción. Si después de hacerlo, deja de escuchar música, en menos de un minuto está tarareando la canción, fijo.

Sigamos. Un mes más o menos después, en pleno proceso de siesta de quince minutos, levanté el ojito porque me llamaba la atención una canción, en este caso Do what you want , por su inicio demoledor que se apoyaba en el video en un acertadísimo movimiento frenético de las cámaras de múltiple ángulo que parece inventado para ella. Kit-kat: la estética de escenario me recuerda a un concierto de los Messina en Vélez, jejejj y del que saqué la estética para una web en stand-by por falta de tiempo. Algún día funcionará, no os procupéis.

Y aunque todo lo anterior me sirve como preámbulo, he de reconocer que nada tiene que ver con el fin en sí de estas líneas.
Es a raiz de mirar, como siempre, de reojo, una de las cadenas locales de música, que pinchan sin ningún tipo de rubor la MTV de por ahí (perdón por la imprecisión, pero creo que es la italiana, aunque no pongo la mano en el fuego), cuando ya me echo las manos a la cabeza al ver a estos payos en otro de los videos: Here it goes again.
Mi más ferviente admiración, no sólo musical (que ya lo tenían nada más pillarme el disco), sino visual. Y es que no se puede conjuntar una estética más hortera y el inexistente apoyo de la discográfica en cuanto a la pasta a invertir para la realización de los videos, y sazonarlo con imaginación, para que el resultado sea algo distinto y simpático sin caer en la vergüenza ajena de hacer el payaso de forma enfermiza.

Amén de que si uno hubiera tenido que ganarse el puesto en un grupo aprendiéndose la coreografía de las cintas para poder tocar en él, ahorita mismo estaba ingresado o en un geriátrico o en la uvi con múltiples contusiones y/o fracturas. O las dos, quién sabe.

En fín, que como regalito, y para los más nostágicos y amantes de Weezer y Pixies os dejo otra de su primer disco: Get it over .
He de reconocer que me tienen ganado a base de buenas canciones, sin ser especialmente fáciles. Pero si a tí todavía no lo han hecho… es que eres Invincible. Son buenos, so fucking buenos, what da hell!

PD: y el día que me quiten el Llútube y tengamos que volver a hablar de referencias… qué triste para las discográficas ¿no? Porque a mí me engancharon así y no en los ’40quemejorpagan’. Todo lo bueno, alguién siempre te lo quita, así que… disfrutemos de estos minutos musicales.