Don Juan Antonio Cebrián nos deja

Se me ha caido el alma al suelo . Un infarto.
Hay personas que deberían tener derecho a decir sus últimas palabras, y que puedan ser escuchadas por todos los que lo quieren y/o admiran. Al Sr. Cebrián lo metería en ese reducido grupo. Él es parte de más de la mitad de mi vida. Es más familia mía que bastantes consanguíneos que tengo. No soy persona de crear ídolos a los que adorar, ni siquiera de los de parar famosos por la calle, pero sí me hubiera sentido orgulloso de haber cruzado tres palabras y media con él.

Crecí con él. Pasé toda mi etapa nocturna estudiantil preuniversitaria aprendiendo y disfrutando en silencio, enfatizada esa experiencia si cabe en la universidad (pienso que todos mis planos y proyectos llevan tinta impregnados de sabiduría y entretenimiento). En la actualidad, cada vez que sonaba su risa inconfundible, donde fuera, para mí se paraba el mundo.

Me voy a poner a escuchar el programa homenaje que les van a dedicar en la Rosa de los Vientos de Onda Cero, pero antes de que me pongan demasiado tierno… quería escribir unas pocas lineas. Se nos va el mejor comunicador que teníamos en las ondas.

Disfruta de la paz que trasmitías en cada uno de tus programas, sin estridencias, sin malos ambientes ni tensiones. Descansa en paz.
41 años, joder, 41. Lástima que tanto cabrón no se quede en el camino en vez de las buenas personas.

Seguro que te fuiste, repentinamente sí, pero… "contento y feliz como una lombriz"

Leave a Comment