Ya de vuelta de la única semana de vacaciones en este año. No, me quejo. Al fin y al cabo hemos tenido una semana más de las que tuvimos en los últimos tres años. No he podico comunicarme con el exterior por encontrarme bajo el mayor de los ostracismos tecnológicos. Bueno, miento. Tenía la mayor cantidad de conexiones inalámbricas que había visto jamás en mi portatil, pero se ve que en esa zona se respeta bastante poco al prójimo que te deja tener una ventana al mundo. Al final, viendo que abusan de ellos, optan por cerrar mediante encriptación o por dirección MAC (el DNI de cada tarjeta de red). Este país dia a dia se está convirtiendo en el menos solidario del mundo. Y todo por la cantidad de 'espabilaos' que tenemos en el censo.

Como vengo oxidado, he decidido, para ir calentando motores, tirar de algún posteo rapidito que tenía en la recámara. Se trata del corto que ganó el premio de noveles en el Festival Internacional de Films de Animación (FIFA, juejueju) de Annecy en el 2006. Y tiene mérito porque estamos hablando de una escuela de animación, o sea que detrás andan pezqueñines. ¡Marditos!

El nombre del corto en sí es Burning Safari y reune en pocos minutos una mezcla perfectamente pulida de técnica 3D, decorados de fondo en 2D y un guión lleno de humor sin caer en la autoparodia. Se nota que detrás hay una escuela, y no por un nivel bajo en calidad, sino porque está lleno de técnicas de expresión cómicas que vienen desde el cine mudo.

'Chapó' por ellos.

PD: Simplemente por lo tierno de la historia os dejo otro de sus trabajos: Sébastien