Formando a un melómano

Esta historia es cíclica en mi vida.
Un amigo, familiar o conocido… pregunta:

Pollo, ¿conoces alguna web, blog o canal dedicado al {estilo musical 1}, {estilo musical 2} o similares…?

Mi respuesta corta siempre es: — Ni puta idea.

La respuesta razonada (y larga) es algo así como:

Mi padre decía que ‘de la universidad se aprenden muchas lecciones que nada tienen que ver con el conocimiento enseñado en las aulas’.

Cuando escuché aquello, pensé: ‘Cuchi, mi papá se ha puesto filosófico’. Por salud (física), evidentemente, no se lo dije. Era mejor asentir y seguir con mi vida adolescente.

Con el tiempo, me di cuenta de que aquella reflexión a destiempo, igual no era una fumada de las suyas. Y me explico, porque sé que aún no tienes ni idea de dónde quiero llegar, ni qué tiene que ver con la pregunta original.

El caso es que en los viajes de Sevilla a Málaga (y vuelta) en tiempos universitarios, me solía comprar tres revistas musicales: una de rock americano (Popular 1), otra de tendencias modernas o ‘moerneces’ (Rock de Lux) y la tercera, por suerte para todos, ha desaparecido de mi baúl de las memorias.

Gracias a esos tiempos muertos en el autobús, mis neuronas se llenaron de contenidos, críticas y recomendaciones dispares y opuestas (a veces incluso sobre el mismo tema), sirviéndome aquello para desmitificar a redactores pedantes (de revistas aún más pedantes), webs musicales y gurús de lo moderno que osaban decirme qué debía o no escuchar o idolatrar.

Aquella revelación rodante, sobre asientos compartidos con desconocidos, me ha servido a lo largo de los años, para auto satisfacer mis necesidades musicales y evitar dependencias.

Así es, amigo mío, como inicié mi propio camino melómano.

Como no quiero que pienses que te he dado la chapa, que eso es un hecho, pero no mi método… ahora es cuando voy con todo:

Para mí ahora, explorar nueva música, es tan simple como:

  1. Abrir una app musical (Spotify, Apple Music, Tidal, Youtube…) y buscar un artista, grupo o estilo concreto como referencia de inicio.
  2. A partir de ahí, investigo listas que incluyan el origen, apuntando los artistas que más me sorprendan y no conozca.
  3. Por último, repito el proceso a un tercer y cuarto nivel en base a los descubrimientos secundarios.

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