Hoy, en clases de “Entendimiento del Lenguaje en Pareja”, hablaremos de ese gran desconocido: el ‘Imperativo Gila’.
Algunos, los que atendisteis en clase, podríais replicar, no sin cierta base de razón, que ese concepto me lo acabo de inventar. Al fin y al cabo, a todos nos enseñaron que el imperativo siempre ha sido ‘Uno, Grande e Intimidante’.
Sin embargo, el ‘Imperativo Gila’ es más común de lo que puedes pensar y se encuentra muy presente en nuestro día a día; otro asunto es, que no hayas reparado en su existencia.
Pero dejemos la teoría y pasemos a la práctica con ejemplos.
Los tipos de imperativos son:
- Imperativo normal, el de toda la vida:
- «— ¡Ducha a los niños!«
[En ciertos ámbitos, es más conocido como ‘Imperativo de pareja’]
- «— ¡Ducha a los niños!«
- Imperativo Pospuesto o ‘Recordatorio del Imperativo de pareja’:
- “— Dijo que duchara a los niños.”
[La RAE lo llama ‘Pretérito’, pero… ¡qué sabrán ellos!]
- “— Dijo que duchara a los niños.”
- Imperativo Indirecto, mirando al ‘tendío’ o más conocido como Imperativo ‘Gila’:
- «— ¡Alguien tiene que duchar a los niños… !«
Como se puede observar, el ‘Imperativo Gila’ es menos agresivo y directo (hecho que muchos agradecemos), pero por otro lado, su sutileza puede dificultar la percepción de la urgencia en la ejecución de la frase (especialmente en los hombres).
Por ello, si después de cinco minutos del Imperativo Gila, no has reaccionado correctamente, es bastante probable que se cierre el círculo, recurriéndose nuevamente al ‘Imperativo de pareja’. Eso sí, esta vez a mayor volumen y menor tacto.
En resumen, deja de leer… y ¡ducha a los niños, ‘coññnio’!, que te vas a meter en un problema.
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