Hay días que es mejor no hacer casos a los amigos.
Aunque cuando uno te busca casi desesperado a las tantas de la mañana, lo mínimo que se debe hacer es acudir en su ayuda.
El caso es que SlowBurn, estaba ripeando la cinta de la maqueta ‘culpable’ (por ser la última) de la muerte de Rover Diley como grupo, y en un alarde de profesionalidad y sobre todo de aburrimiento, se dedicó con un programita del que no tengo constancia (por acompañar la historia de datos técnicos), a limpiar el soplo (fffffffffffffffffff) de la pobre, por muy de cromo que fuera, cinta de antaño.
En estas, que el señor al cortar y pegar cachitos de ella, limpitos de polvo y paja, tuvo la desdicha que invertir la onda. La mierda de la Yenni!!!
No se podía haber estado quietecito, no.
Al ponerlo en marcha descubrió una cosita, por la cual me buscó con tanto… dejemoslo en ‘apremio’. Él se encontraba ZOLO en su casa.
Aquí el señol, en su ingenuidad, le hizo caso cuando SlowBurn le pidió que la escuchara sin complejos.
Esa noche ya era tarde, pero el día siguiente era día de ‘pintada de muro’ sin tendencias artísticas, con rascado incluido. O sea, que me daba tiempo a escucharla con calma y detenimiento.
Así fue, una vez despierto y sin legañas, cojo mi reproductos de mp3 de un giga, marca la pava (porque me niego a dar el nombre de la empresa que pone en su manual que tiene autonomía de 8 horas, y a las 4 hace… caput), y le doy al play.
Era de día, sipe, en plena mañana, sipe, cuando llegó esa parte. Sin necesidad de poner toda la atención del mundo, al contrario de lo que suele ocurrir cuando Iker Jiménez le da por los programitas de psicofonías, lo escuché perfectamente. Tan clarito tan clarito, que se me pusieron los pelos como escarpias. Miré a un lado, al otro y dejé de rascar al verme sólo. Buscaba como un poseso la presencia de la parienta, un vecino de los buenos, o alguien que me diera conversación mundana. Empecé a dar vueltas amplias en círculo sin sentido por el jardín, con los ojos como platos y sin que bajara la tensión del vello de los antebrazos. Pensé en ir a la cocina a abrir la nevera por abrirla, con la vista perdida en la pared del fondo. Sí, esa que siempre tiene escarcha. Para mí es terapia para saciar ánsias varias.
Pienso que no es necesario decir nada más. Sólo ponerla.
Todo el que haya aportado algo a la canción, acusará el haber sido copartícipe de una nueva variante de leyendas urbanas al estilo Eagles (hotel california) o Rolling Stones (pleased to meet you). Espero no haber firmado con sangre en alguna de las fiestas ‘desmadre’ surgidas por aquella época. Yo porsi, me gustaría ser bañado en agua bendita.
PD: ya criticaremos en las contestaciones la producción, ya. Mientras, temblad malditos mortaleeeeesss. BWA-HA-HAAAA
[http://diegoblog.net/wp-content/quizasalreves.mp3]
Complementos circunstanciales de música:
Pa bajar la canción de marras
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