David Ford es otro músico de esos cortados por el patrón melódico romántico que tanto se estila en pop-rock actual. Es curioso pero a ratos me recuerda al primer James Blunt, y otros se desmarca con un aire a lo Psicodelic Furs. ¿Ilógico? Puede. Lo que sí aseguro al que se anime a escucharlo es buen ramillete de melodías bien tratadas, con más o menos inspiración, pero siempre con elegancia y profesionalidad a partes iguales. Éste es músico, no un infiltrado que al entonar dos notas seguidas sin equivocarse, se cree con derecho a hacerse un hueco en el mercado (el original, para comparar la aberración).
Hasta aquí una recomendación como tantas otras, pero… os estaréis preguntando entonces ¿a qué viene el título? Ya voy, hombre, ya voy.
Superada mi clásica tercera escucha del disco… era hora de ponerle cara al susodicho, y para ello, como metodológia autómata, me dirijo sin dilación a por los videos de rigor, y lo primero que me encuentro es esto:
No era la primera vez que veía esta técnica de creación instantánea por 'loops', pero sí una aplicación práctica y bien hecha del potencial que tiene. Como decía, la primera vez fue en la segunda visita de Pedro Javier Hermosilla al plató de Buenafuente (su primera fue antológica).
¡¡Qué miedo da un pedalito de esos en manos equivocadas!! ¿alguien se acuerda del Vocoder y su utilización hace años hasta para llamar por teléfono?. Esperemos que no ocurra lo mismo.
Los que sí deberían estar procupados son los músicos 'corales para garitos', porque un autor con ganas de quedarse toda la pasta del 'bolo' de turno (y algo de maña, claro), se ventila el concierto en un pis-pas.
Los músicos consagrados de este pais le echan la culpa al Estado por permitir la piratería. ¿Lo tendrá también de que se distribuya esta máquina del diablo u optarán por pasarse al lado oscuro, usándola y dejando a miles de músicos en paro para ganar ellos un trozo más grande del pastel?
Ya llega el veranito. Creo que veremos pronto la solución
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